Juegos Olímpicos: Del Potro y Lange, grandes ejemplos de resiliencia

Resiliencia es tener el coraje de florecer ante la adversidad. “Ser resiliente quiere decir adaptarse positivamente al medio y avanzar hacia delante”. Los argentinos participantes de los Juegos Olímpicos Río 2016 dan buenos ejemplos de ello.

Es el caso de Santiago Lange, de 54 años, leyenda del yachting argentino y padre de cuatro hijos, quien concretó el sueño de su vida: ser campeón olímpico y traer a nuestro país la medalla de oro. Lo hizo después de haber superado la batalla de su vida: ganarle a un cáncer de pulmón.

Y el de Juan Martín Del Potro, quien luego de sufrir una severa lesión que lo llevó a pensar en retirarse, el último domingo enfrentó al número 2 del mundo Andy Murray, en la final, obteniendo la medalla de plata para la delegación Argentina.

Hace 18 meses a Lange le diagnosticaron cáncer de pulmón. “Nunca fumé”, aclaró el campeón, quien decidió consultar a los médicos después de percatarse de que en sus viajes empezaba a enfermar con cierta continuidad. Entonces, Río de Janeiro desapareció de su agenda. Durante seis meses se dedicó en exclusiva a mejorarse. Finalmente le extirparon un pulmón, y a los 25 días ya estaba entrenando otra vez. “El único secreto -afirmó- es que amo lo que hago”.

Del Potro, por su parte, confesó que estuvo muy cerca de abandonar el tenis por una lesión en la muñeca que lo tuvo a mal traer y que lo obligó a extensos períodos fuera del circuito. “Fue frustrante al inicio de mis lesiones, pero luego seguí trabajando, tratando de resolver mis problemas y ahora estoy viviendo un lindo presente”, relató.

En los Olímpicos, no sólo estuvo a la altura de su rival en la final, sino que también había vencido al número 1 del mundo, Novak Djokovic, jugando un tenis de alta calidad y dejando el corazón en cada pelota.

Hoy deseamos destacar cómo ambos son verdaderos ejemplos de que es posible sobreponerse a la adversidad. E incluso brillar. A esto llamamos “resiliencia”. Desde nuestro IPLIDO de la UTHGRA desarrollamos un programa especial destinado a esta capacidad, ya que la consideramos como la aptitud de reaccionar positivamente a pesar de las dificultades y la posibilidad de construir basándose en las fuerzas propias del ser humano. No es sólo sobrevivir a pesar de todo, sino que es tener la capacidad de usar la experiencia derivada de las situaciones adversas para proyectar el futuro.

Trabajando esta aptitud, nos proponemos desarrollar la capacidad humana de enfrentar, sobreponerse y de ser fortalecido e incluso transformado por las experiencias de adversidad, es una manera de mejorar los recursos de las personas frente a las crisis.

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